Este alocado relato se inicia un 19 de marzo de 1993, día hermoso que llegue a este mundo, nací en casa, ya que mama tenía cierta fobia a los doctores. Según papá y mamá fue un día muy feliz para ambos sin olvidar a mis tíos y vecinos; claro que el dolor tuvo que soportarlo mamá, pero eso no era excusa para estar feliz, ya que nació su primogénita
Por ese entonces vivíamos por la Recoleta en un cuarto alquilado, mi papá trabajaba en construcción y mamá me cuidaba en casa. Ya pasado algún tiempo, fui creciendo y conociendo nuevas cosas, en ese momento mis padres decidieron que iríamos a vivir a casa de mi tía Paula, quien era hermana de papa. Ella tenía tres hijos: Fátima, Luis y Milagros. Estos últimos eran los mayores, Fátima era de mi edad y con ella compartíamos más experiencias; solíamos jugar, pelear y llorar cuando deseábamos algo como toda niña caprichosa, ambas nos teníamos un gran cariño, ya que crecimos juntas, éramos como hermanas y siempre nos ayudábamos, sin embargo papá tuvo la gran idea de que ya era hora de tener nuestra propia casa y fue así que tiempo después tuvimos que mudarnos a nuestra propia casa, fue muy triste despedirme, ya que no iba a tener con quien jugar e incluso pelearme, era muy grande el cariño e innumerables las experiencias con Fátima.
Aun así tuve que ir con mis padres. Mamá dice que no me gustaba estar en casa, ya que no tenía con quien jugar y solo lloraba o dormía hasta que papá llegaba del trabajo; claro que de vez en cuando iba de visita a mi tía pero ya no era lo mismo, además nunca me quería regresar a casa cuando me ponía a jugar con Faty.
El tiempo pasó y fuimos de viaje a Bambamarca. Allí vivía mi abuelita y tíos, por parte de mamá; mis padres aprovechaban el viaje para vender papa o maíz y mientras ellos vendían a mí me dejaban sentada en un cartón para no escaparme o ir con mis tías me llevaban a pasear. Cuando era tarde mi abuelita me llevaba a su casa, que quedaba en el campo allí todo era hermoso, podía correr, jugar, saltar y entre otras cosas más, todo era muy emocionante ya que allí existían muchos prados y un rio cristalino y limpio , siempre que íbamos me engreían mucho, ya que era la más bebe de la familia, algo bueno muy bueno para mí , pero como todo tiene su final nos tuvimos que regresar a casa ya que papá tenía que empezar a trabajar. Nuestra familia era pequeña pero en ella existía mucho amor.
Lo que no sabían era que yo estaba muy bien ya que una vecina que trabajaba vendiendo helados me había encontrado y yo estaba con ella tomando helados y sin ninguna preocupación. Ella luego de terminar su turno de trabajo me llevó a su casa y me dio de comer, recuerdo que me ensucie con la sopa y justo en ese momento mi papá llegó a preguntarle a la vecina por mí, al verme me abrazó, me dio muchos besos y le agradeció a la vecina cuando llegamos a casa y mamá vio que yo estaba en brazos de papá se alegró mucho y fue en ese momento que pudo recobrar la calma. Mis primos, vecinos y tíos se pudieron ir a sus casas ya tranquilos pues yo estaba bien. Después de un refrescante baño me dormí. Pero al día siguiente amanecí resfriada supongo que por el baño y los helados que había tomado. Lo bueno fue que mamá me consintió mucho al verme enfermita.
En ese tiempo mamá iba a un vaso de leche a donde asistían otras madres de familia con sus niños. Entre ellos había un niño algo mayor que yo quien había tomado por diversión molestarme: me quitaba mis juguetes, los rompía o botaba y en ocasiones me sacaba de mis casillas y respondía a sus agresiones , a pesar de que mamá decía que no debo pelear. Un día me quitó mi muñeca y la arrojó a un charco con agua y me enojé mucho y con una taza le tiré en la cabeza y se la rompí. No fue a propósito yo actué en defensa propia, bueno, eso creo, o seria por cólera pero así ocurrió. Cuando mi mamá vio al niño llorando y con la sangre por su cara me regañó, llevaron al niño a la posta médica y después de ese día el niño nunca más volvió a molestarme ni a meterse con mis juguetes, creo que después de todo resultó algo bueno.
Así pasaron varios meses hasta que mamá nos dio una noticia que según ella nos iba a gustar mucho: iba a tener una hermanita! Pero esa noticia solo resulto gustándole a mi papá, en ese momento fue lo más trágico que me pudieron haber dicho, ya que me había acostumbrado a estar sola. ¿Qué rara soy no? primero que no quiero estar sola y ahora que si quiero estar sola, simple y sencillamente era una niña, aún y estaba acostumbrada a ser yo la consentida imagínense qué iba a pasar cuando naciera. Pero que podía hacer, me tenía que resignar no me quedaba otra cosa. Cuando mi hermana iba a nacer, fue algo espantoso, mamá estuvo con los dolores toda la noche y no me dejó dormir. Dio a luz justo en la escalera cuando estaba camino al hospital. Debo decir aunque no me guste que mi hermana era muy hermosa y que yo le tenía cólera, creo que era normal ya que entonces yo tenía solo seis años y la mayoría de tiempo me había criado sola. Por miedo a que mis padres le den mis juguetes yo los escondí creo que fue algo loco ¿ustedes que creen?.
Posteriormente, en tercer grado de primaria, conocí a una nueva amiga se llamaba Maira, fue así como Faty y yo nos fuimos separando, cada una con sus amigas. Maira y yo nos convertimos en las mejores amigas. En ese tiempo mamá había entrado a trabajar a una fábrica todo el día y cuando yo salía de la escuela iba a almorzar a casa con papá, mi hermana y una señorita que trabajaba en casa. Solo podía ver a mamá por las noches y sólo se quedaba con nosotros un momento ya que tenía que descansar.
Cuando salí de vacaciones la ayudaba en lo que podía: haciendo almuerzo y llevándoselo a su trabajo; papá sólo llegaba a almorzar y se iba. Posteriormente mamá cambió de turno ya que no había quién cuide a mi hermana pues la señorita que trabajaba en casa se entretenía conversando con mis primos y no la cuidaba adecuadamente motivo por el cual mamá y papá decidieron poner un negocio de ferretería y así mama tendría más tiempo para nosotras.
Era lógico que mis padres como toda pareja, tengan problemas ya que nadie es perfecto, pero mis padres empezaron a discutir muy a menudo. Entonces tenía once años y ya podía comprender lo que sucedía, ya no era una niña que solía huir de los problemas, ahora tenía que enfrentarlos, ya que si todo seguía así se iban a lastimar ambos y nos iban a lastimar a nosotras. Fue así que mis padres tomaron la decisión de separarse, fue algo que me dolió mucho pero creo que fue lo mejor, ya que si seguían juntos iba hacer peor. Fue entonces que mamá se fue de casa con mi hermanita, no sé por qué yo decidí quedarme junto a papá, fue algo muy triste y doloroso ver a mamá marcharse, pero lo tuve que superar.
En ese entonces papá preparó mi bautizo y el de mi hermana. El mismo día de mi bautizo tuve que ir con mis padrinos ya que me iban a comprar mi vestido, era algo que no me causaba mucha gracia pero tenía que aceptar ya que no me iba a bautizar con pantalón ¿verdad? Aquel día tan importante mamá no apareció por ningún lado, pensé que ella no había querido ir pero fue porque papá no le había avisado, creó que aun estaba dolido por la separación. Poco después fue mi primera comunión, allí sí estuvo presente, ya que yo le pedí que fuese. Ese día pude ver nuevamente a mamá y a papá juntos, claro que solo ese día.
Estando en cuarto de secundaria todo cambió, empezamos da descubrir nuevas cosas y a tomar decisiones; una de ellas fue cuando Maira se puso a insultar a una de mis compañeras y la discusión era producto de un mal entendido, yo salí a favor de mi compañera, entonces Maira se molestó mucho y dejó de hablarme, ese día perdí a mi mejor amiga, pero gané dos: Deisy y Brisila, fue una nueva experiencia pero muy bonita para mí.
El tiempo pasó demasiado rápido hasta llegar a nuestro último año en el colegio. Los paseos fueron inolvidables, uno de ellos fue ir a Llacanora donde nos divertimos todos hasta las más “sanas” de la PROMO. Ya en la fiesta todos estábamos muy tristes, ya que cada uno tomaría su propio camino.
Terminando el colegio Deisy, Brisila y yo nos separamos, pero no por mucho tiempo ya que solíamos salir a pasear cada vez que se podía. Las tres entramos a la academia a prepararnos para postular sin embargo ese año ninguna ingresó, Deisy decidió matricularse en una universidad particular pero Brisila y yo decidimos in tentarlo nuevamente, es así que el 2011 ingresé a la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA, lo malo fue que Brisila no ingresó pero su hermana sí, ella por ahora está estudiando computación.
Es así como hemos llegado al final de esta breve historia.
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